Desde tiempos antiguos hasta nuestros días, los individuos hemos necesitado reconocimiento. Esto puede lograrse a través de rasgos físicos especiales, personalidad, comportamiento o cualquier otra característica que nos diferencie del resto. Lo mismo sucede con las marcas y empresas: requieren ser identificadas, y para lograrlo utilizan un logotipo.
Si lo piensas detenidamente, prácticamente todos los días convives con diferentes tipos de logos: por ejemplo, el de tu dispositivo móvil, el del blog de este artículo o el de la marca del café que estás bebiendo en este momento.
Aunque forman parte de la vida cotidiana y no nos cuestionamos su importancia o utilidad, el logo es clave para el reconocimiento de una marca. Por ello es importante determinar es su objetivo y cómo debe conformarse para lograr una verdadera conexión y diferenciación en el mercado. A continuación te lo explicamos en detalle.