¿Qué es el rebranding?
El rebranding es una estrategia de marketing que consiste en el cambio de nombre o marca, ya sea realizando una variación del original o cambiando por completo a uno nuevo con el objetivo de mejorar el posicionamiento de la marca.
Esto no solo implica la modificación del término que nos definía, sino cambios de logotipo, diseño, textos, tipografía, maneras de trabajar, etc. En definitiva, ¡poner en entredicho lo que veníamos haciendo hasta ahora!
¿Cuándo se suele hacer rebranding?
Existen varias situaciones por las que una empresa puede optar por hacer un rebranding de marca, ya sea por razones internas o porque el público ya no se siente identificado con ella. Así pues, es interesante valorar el rebranding en las siguientes ocasiones:
- Cuando la empresa está en una fase de decadencia: cuando una marca se encuentra en su punto inicial, tiene mucho recorrido por delante para posicionarse y crecer en el mercado. No obstante, si tu empresa se encuentra ya en la fase de madurez y empiezas a ver un declive, puedes frenar y revertir esta situación con el rebranding.
- Cuando el objetivo de la empresa cambia: las empresas están sujetas a los cambios de la sociedad y tienen que actualizarse de forma constante para adaptarse a las nuevas tendencias.
- Cuando el público ya no se identifica con la empresa: si la afinidad de los clientes de una empresa disminuye, es importante que la marca analice la situación y se adapte a sus nuevas necesidades.
- Cuando la empresa quiere expandirse: si una empresa decide ampliar su mercado, deberá analizar algunos aspectos para llegar a su nuevo público, ya sea con la modificación de la imagen o de sus productos. Por ejemplo, Kit Kat amplió su gama de productos en Japón con opciones que se adaptaban a los gustos de este país: con sabor a sake, de melón con queso, etc.
- Cuando una empresa quiere eliminar su mala imagen: en este caso, el rebranding tiene que ir de la mano de un cambio en la estrategia empresarial para conseguir mejorar la reputación de la empresa.
- Cuando la imagen de la empresa se parece mucho a la de su competencia: cuando una empresa se asemeja mucho a otra debido a un uso de branding genérico, es importante trabajar un posicionamiento distinto para que el público la perciba como diferente sin perder relevancia en su nicho de mercado.
- Cuando una empresa se fusiona o adquiere otra: al fusionarse dos empresas, estas tienen que trabajar hacia la misma dirección, por lo que es importante que se engloben dentro de la misma identidad de marca.